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Para los billones de seres que coexistimos en este planeta, la Tierra es nuestro actual y único hogar. Si no lo cuidamos, no habrá más sitio a donde ir...

mayo 11, 2009

¡Cuidado! Freno por animales

Este es un enunciado que hace décadas se veía con frecuencia en los parachoques traseros de los autos: "¡Cuidado! Freno por animales".

Dicha frase tenía un intencional doble sentido, ya que podía ser interpretada (en su forma sarcástica) como una tosca analogía contra aquellas personas que se atravesaran imprudentemente en el camino del conductor del rotulado automóvil.

O bien, también podía tomarse (en su sentido literal y positivo) como una advertencia hacia quienes veníamos detrás de dicho auto, para que contempláramos la posibilidad de que el conductor que nos antecedía frenara súbitamente, ante un infortunado y auténtico miembro del reino animal que estuviera en peligro de ser arrollado.

Aunque aún me he topado (muy rara vez) con uno que otro de esos letreros, parece que ya no están de moda. Pero bueno, lo importante del caso no es lucir en el auto un letrero de “Freno por animales”, sino más bien, estar dispuestos realmente a hacerlo, en caso de ser necesario y posible.

Y digo “si es posible”, puesto que en un momento dado, aún al más benevolente conductor le podría resultar literalmente imposible esquivar la súbita e inesperada aparición de uno de estos animalitos, sin poner en peligro su propia seguridad y la de las personas que le acompañan, o la de aquellas alrededor del auto.
 Ya sea que se trate de perros, gatos, pájaros; ardillas, mapaches; gallinas, patos; venados, alces, canguros; caballos, vacas, conejos;  zarigüeyas, iguanas, serpientes, sapos, o lo que sea; la mayoría de las personas se sentiría afligida (en mayor o menor grado), de ser responsables de terminar con la existencia de uno de los mentados seres. Sin embargo, hay también algunos que parecieran complacerse en hacerlo.

Sé acerca de un joven conductor que cuando un gato se topa en su camino, en lugar de procurar esquivarlo, trata de arrollarlo, de serle posible. Y eso, simplemente debido a lo que pareciera ser un trauma de su niñez aún sin superar: un gato se comió su querido periquito y al pobre niño le tocó encontrar tan solo la cabecita de éste. Ahora, siendo adulto, la tiene contra todos los gatos.

No parece justo culpar a un individuo en particular por las acciones de otro miembro de su especie. Si así lo hiciéramos dentro de la raza humana, ¿qué sería de nosotros hoy? En la historia de mi vida, a tres de los gatos que he tenido, los han matado los perros de los vecinos. Incluso, uno de mis propios gatos se comió mi periquito (y también me tocó encontrar su cabecita).

No por eso voy a odiar a los perros ni a los gatos; ni siquiera termino detestando al propio individuo que lo hizo. Soy más inteligente que eso. Puedo comprender que los animales serán siempre animales y que aún cuando menos lo esperemos, pueden reaccionar conforme a sus instintos. Como dice el refrán: “Puedes sacar al animal de la jungla; pero no puedes sacar a la jungla, del animal”. 

Bueno, volviendo al tema del título que enmarca este post, también es bueno saber que mucha gente tiene conciencia al respecto y que algunos no solo “frenan por animales”, sino que incluso se detienen y hasta bajan de su auto para prestarle ayuda a aquellos que estén heridos. Dios los bendiga por ello.


Y en zonas en donde la carretera atraviesa parques naturales o áreas selváticas, he visto a quienes detienen su auto y el tránsito de los demás autos, para darle paso expedito y seguro hasta la otra orilla a animales como perezosos, tortugas, coatíes, lagartos y demás.

Y su recompensa, además de saber que hicieron una buena acción, es tener la oportunidad de contemplar en primera fila uno de estos hermosos ejemplares en su estado natural (o casi natural, pues una carretera no tiene nada de natural en medio de un bosque. Pero, bueno; eso ya es harina de otro costal).

 No todos los animales (silvestres o urbanos) corren con la suerte de cruzar ilesos una calle. Por cada uno que lo logra, hay otros más que quedan moribundos a un lado de la vía o que terminan adheridos como calcomanía al suelo de la carretera.

Solo recuerda este artículo la próxima vez que tomes el volante, para evitar el cargar en tu conciencia con la agonía de uno de estos infortunados animalitos.

1 comentario:

Carros Salvage dijo...

Excelente articulo, chequeare to blog con mas frecuencia, gracias!

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